La
psicomotricidad se define como la disciplina que se interesa por las
correlaciones entre las evoluciones motoras y las del pensamiento.
La
educación psicomotriz es diferente a la educación física, debido a que no sólo
le interesa lograr movimientos coordinados y el desarrollo de la agilidad –
flexibilidad – fuerza – estabilidad, sino que considera el cuerpo como una
entidad que toma contacto con el mundo, relacionándose con él y asimilando la
realidad de los otros, de los objetos, del espacio y del tiempo.
La
psicomotricidad se considera como un aspecto integrador de diversas áreas
relacionadas, como:
-
La motricidad.
-
La percepción.
-
Las nociones tiempo – espacio.
-
El desarrollo socio – emocional.
-
El esquema corporal.
-
La lateralidad.
La
motricidad o coordinación motriz global se
divide en:
-
Coordinación motora gruesa.
-
Coordinación motora fina.
La coordinación motora fina (CMF) es un aspecto de la psicomotricidad que se desarrolla progresivamente hasta
permitirnos el dominio de destrezas como:
-
Dibujar
-
Pintar
-
Recortar
-
Escribir
-
De manera general, utilizar nuestras manos en tareas que involucran funciones
corticales superiores.
La
CMF es la habilidad a través del cual vamos logrando progresivo control de los
movimientos de los segmentos finos de la mano.
La
CMF es una habilidad básica para el aprendizaje, siendo un pre requisito para
el logro de otros aprendizajes, especialmente, la escritura.
La
CMF se divide en:
-
Grafomotora.
-
Manipulativa.
La
grafomotora está vinculada con el desarrollo del grafismo.
La
manipulativa está vinculada con el logro de tareas como: recorte, punzado,
rasgado, etc., es decir, la habilidad de coordinar los movimientos finos de las
manos usando instrumentos y materiales distintos a los del tipo gráfico.
Fuente:
Romero Málaga, Patricia y Naldos de
Coloma, Jessica (1995). MIS MANITOS:
MANUAL DE ESTIMULACIÓN DE LA COORDINACIÓN MOTORA FINA. Ediciones Libro
Amigo. Lima – Perú. Pág. 17 – 18, 25.
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