La
grafomotricidad constituye un proceso de aprendizaje básico para el desempeño
escritor mediante la realización de los correspondientes movimientos dígito –
manuales y su plasmación gráfica.
Movimiento
y grafismo van íntimamente unidos para lograr una correcta ejecución del trazo
y es necesario un adecuado desarrollo motriz del brazo, de la mano que escribe
y de los dedos.
La
grafomotricidad es una fase previa a la escritura, puesto que supone el
entrenamiento para la realización de movimientos básicos que forman parte de la
correcta direccionalidad y trazado de las letras.
Los
ejercicios de grafomotricidad están dirigidos a:
- Lograr un control grafomotriz de los trazos gráficos, aprendiendo cuáles son los movimientos básicos y evitando movimientos musculares inútiles.
- Prevenir anomalías posteriores de la escritura, como: los giros invertidos, la direccionalidad, la presión, la prensión del lápiz, etc.
Para
un buen entrenamiento grafomotriz debe partirse del dominio de las líneas
rectas y curvas, para proseguir con la ejercitación en la combinación de las
mismas: líneas onduladas, círculos, parábolas, elipses, líneas quebradas, etc.
Debe
tenerse en cuenta los aspectos dinámicos del proceso gráfico, es decir, el
movimiento realizado en el trazo de las líneas. Para ello deberá controlarse:
la dirección, el enlace, el frenado, las simetrías, la presión del lápiz, las
separaciones, las inversiones, los tamaños, etc., de modo que sean adecuadas y
no se adquieran hábitos incorrectos.
Fuente:
Vallés
Arándiga, Antonio (1996). GUÍA DE
ACTIVIDADES DE RECUPERACIÓN Y APOYO EDUCATIVO (DIFICULTADES DE APRENDIZAJE).
Editorial Escuela Española. Madrid – España. Pág. 175.
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